Descripción
Todos los actores implicados en el diseño de la ciudad —municipalidades, empresas y residentes— pueden beneficiarse del entorno más habitable (atractivo, tranquilo, seguro y saludable) y de los menores costes (por ejemplo, en inversiones infraestructurales) que ofrece una ecociudad. Algunos beneficios son también de importancia específica para determinados grupos de usuarios: por ejemplo, el modelo de ecociudad privilegia a los no conductores, a los niños, a las personas mayores y a las personas con alguna discapacidad, incrementando su movilidad y sus opciones de accesibilidad. Este libro II contiene algunas directrices generales y específicas concebidas como ayuda para la articulación del planeamiento de una ecociudad, así como herramientas de planeamiento tales como un inventario de medidas concretas para el diseño de una ecociudad orientadas a cada uno de los elementos de planificación (el contexto, la estructura urbana, el transporte, los flujos de energía y materiales y los aspectos socioeconómicos).